19 de April de 2024 Última actualización 8 de Dec, 2022 - 07:54
Publicado en aromaterapia
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El karite se ha convertido en un ingrediente estrella en la cosmética de los últimos años y a pesar de que se usa en su gran mayoría para elaborar chocolate, fácilmente podrás encontrar cremas faciales, lociones corporales, mascarillas para el cabello, jabones o incluso barras de labios con karite. Esto es debido a sus buenas propiedades nutritivas e hidratantes, pero el karite, como veremos a continuación, da mucho más de si.

El karite, también conocido como shea es un árbol único cuyo nombre latín es Vitellaria paradoxa.
El árbol de karite crece de forma salvaje en el centro de África, especialmente en la sabana de Senegal, en Sierra Leona, Nigeria, Sudán, Uganda o Etiopía, y puede llegar a medir 15 metros y suele vivir más de 40 años.
Tradicionalmente se ha obtenido de él la grasa de karite con usos alimenticios, extrayendo la pulpa de los frutos tostados y amasándola con agua para elaborar lo que conocemos como “manteca de karite”, semejante a la manteca de cacao. Durante siglos, este alimento ha sido una de las fuentes principales de calorías para los habitantes de la conocida como “franja de shea”, además con su corteza se preparan varios remedios medicinales populares, con su látex crean pegamentos o gomas y con su tronco se obtiene un excelente carbón, por todo esto siempre ha sido un árbol muy apreciado al que incluso se le han otorgado valores espirituales.

KariteLa grasa de karite es rica en triglicéridos y ácidos oleico, linoléico y palmítico. La peculiaridad de la grasa de karite es que es sólida a temperatura ambiente (por eso se denomina manteca), pero se funde con el calor corporal, lo que le otorga muy buenas propiedades industriales. El 90% de la manteca de karite cultivada se destina a la producción de chocolates y otros dulces. Pero cada vez crece más su uso cosmético, ya que tiene muy buenas propiedades terapéuticas: es extraordinariamente nutritiva y suavizante para la piel, ideal para tratar la sequedad, irritaciones, dermatitis, quemaduras, grietas o eczemas. También se puede aplicar como mascarilla capilar para hidratar y suavizar el pelo.


Karite y desarrollo social en África

Además de sus buenas propiedades hidratantes, existe una faceta del karite que lo hace aún un árbol más especial, y es que hoy en día se ha convertido en una fuente de ingresos vital para muchos países africanos. De hecho, existen varias fundaciones, organizaciones humanitarias y de comercio justo que promueven el cultivo de karite como una buena vía de desarrollo económico-social, sobre todo para las mujeres en África.
La función de estas organizaciones es ayudar a los habitantes de la “franja del shea” a cultivar el karite de forma más práctica y provechosa, y ayudarles a protegerlo (ya que crece muy lentamente y además en muchas zonas se cortan jóvenes para obtener su madera y carbón), en parte mostrándoles los beneficios económicos que pueden suponer para ellos el cultivo de karite. Esto unido a la gran demanda del norte, ha hecho que la producción y los ingresos del karite hayan superado a los de la soja, el algodón o el sésamo en estos países.


Karite mejor sin refinar

El karite se consume en África sin refinar, es decir, todo el proceso es manual: se tuestan las nueces o semillas, se rompen, se extrae la pulpa que se lava y amasa con agua para obtener la manteca. Pero el karite que nos llega a occidente suele procesarse de forma muy diferente, ya que para empezar, la pulpa se extrae por presión caliente (para obtener hasta la última gota de grasa), y ese calor destruye gran parte de las propiedades de sus ácidos grasos. Por eso, igual que ocurre con el aceite de oliva y otros aceites delicados, es muy importante la extracción por presión en frío.

Además de esto, se suele utilizar hexano para la extracción de todo el aceite posible. El hexano es un derivado del petróleo, tóxico para el ser humano y contaminante para el medioambiente, que por desgracia se suele utilizar comúnmente para la extracción de aceites vegetales de cosecha por su propiedad como solvente, y además se usa en la elaboración de productos de limpieza o pegamentos.
Lo paradójico e ilógico del uso de hexano para la extracción de karite, además de su toxicidad, es que produce sequedad e irritación en la piel, es decir, precisamente los síntomas que trata el karite.

Por todo esto, al igual que ocurre en todos los productos naturales vegetales, te recomendamos encarecidamente que consumas manteca de karite de comercio justo o de cultivo ecológico, sin refinamientos ni tratamientos conservantes químicos. Con este gesto, no solo estarás comprando un producto realmente bueno para tu piel, con todas sus propiedades nutritivas intactas, sino que además evitarás contaminación medioambiental y promoverás el desarrollo local de muchas poblaciones africanas.

>> En nuestro herbolario online tenemos manteca de karite sin refinar elaborada de forma tradicional por mujeres en cooperativa.

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