Tensión / presión arterial
La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre sobre los vasos. Debe ser suficiente para mantener la irrigación de sangre hacia los tejidos.
La tensión arterial no es siempre igual en cada persona, ya que depende de los requerimientos del organismo en cada momento, por ejemplo en caso de alteración emocional, la presión sanguínea aumentará, lo que es normal. Por la noche, baja la tensión y el frío hace aumentar la presión arterial.
Cada órgano se autorregula para sus propias demandas metabólicas, pero por encima de la autorregulación de cada órgano hay una autorregulación general mediada por el SNC – sistema nervioso central - que en caso de que exista un déficit de oxígeno, temperatura o irrigación va a dar prioridad a dos órganos: el cerebro y el corazón, a costa de los demás órganos.

> Presión: mide la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes arteriales.
> Tensión: es la reacción que hace la pared del vaso frente a esa fuerza distendiéndose.

La presión sanguínea se compone de 2 medidas, la sistólica y la diastólica, que se representan separadas con una barra (12/8).

• Sístole [ “la alta” ]: movimiento de contracción > expulsión
• Diástole [ “la baja” ]: movimiento de dilatación, relajación > llenado

El latido del corazón se compone de dos movimientos que se producen al unísono en ambas aurículas y ventrículos: sístole y diástole.

Hipertensión
Es la presión arterial demasiado alta sin que existan causas circunstanciales que lo justifique. Las medidas se encontrarán por encima de 14 de máxima y 9 de mínima. La tensión arterial mide la presión que ejerce la sangre sobre las paredes de la arteria. La “alta” es la presión sistólica, se refiere a la presión que ejerce la sangre cuando el corazón se contrae y expulsa la sangre, la “baja” o diastólica se refiere a la presión que ejerce la sangre en la arteria cuando el corazón está en reposo, hasta el siguiente impulso. Se considera “normal” una presión arterial del 13/8 en adultos.

Diabetes e hipertensión
El aumento de azúcar en sangre y la diabetes suele conducir a problemas renales ya que los riñones se ven dañados por tener que filtrar mucha glucosa; y estos problemas renales a su vez causan problemas cardíacos y aumento de la presión sanguínea, por el aumento de líquidos y electrolitos no eliminados.

Estrés e hipertensión
El estrés se considera una de las principales causas de hipertensión, ya que estimula el sistema nervioso, estimula la secreción de hormonas suprarrenales (hormonas del estrés: epinefrina, norepinefrina y cortisol), y a la vez aumenta la presión arterial y el ritmo cardíaco para preparar al cuerpo ante el supuesto peligro (aumentando el transporte de oxígeno).

Síntomas de la hipertensión
En muchos casos la hipertensión no presenta síntomas, por lo que se suele denominar “muerte silenciosa”, pero en otros casos los síntomas son:

• Mareo
• Nauseas
• Dolor de cabeza
• Zumbido de oídos
• Cansancio
• Confusión
• Problemas de visión
• Sudoración excesiva
• Dificultad respiratoria
• Presión en el pecho
• Hormigueo en extremidades
• Cardiopatías
• Problemas renales

Desencadenantes de la hipertensión

• Estrés
• Sobrepeso
• Exceso de alcohol
• Exceso de grasa saturada en la dieta
• Tabaquismo
• Exceso de sal en la dieta
• Diabetes
• Cambios hormonales
• Edad avanzada
• Herencia
• Sedentarismo
• Problemas renales

Primeras medidas contra la hipertensión

• Eliminar de la dieta los estimulantes como el café, el té, la cola o el guaraná.
• Eliminar o reducir de la dieta la sal común refinada.
• Reducir la ingesta de grasas animales y saturadas.
• Mejorar la dieta: más vegetales, más crudos.
• Reducir el estrés.
• Eliminar tabaco y alcohol.
• Realizar ejercicio moderado y periódico.

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